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La  SANTIDAD  Del  DOMINGO

     El primer día de la semana ha sido, desde tiempos antiguos, un día en el cual los paganos, hechiceros, chamanes y otros pueblos espiritistas y ocultos adoraron al sol, de allí el nombre de día del Sol.   Este no era un día de adoración al Dios del cielo, sino un día para adorar al dios de esta tierra - Lucifer, Satanás o el diablo.  La adoración en Domingo puede ser rastreada a través de la historia hasta la antigua Babilonia y Nimrod.
     Como el primer día de la semana es casi universalmente observado por los cristianos hoy, en lugar del séptimo día de descanso de la creación, del cual el Creador requirió que debíamos recordar para guardarlo como santo (vea Génesis 2:2,3;  Exodo 20:8-11), el asunto necesita ser investigado:  “¿Por qué hubo allí un cambio, sobre qué y por qué autoridad fue el reposo del cuarto mandamiento cambiado del Sábado al Domingo?”
     ¡La Iglesia Católica Romana afirma tener esta autoridad!  Ella declara:  “Por supuesto, la Iglesia Católica reclama que el cambio (de Sábado a Domingo) fue obra suya.  Esto no pudo haber sido de otra manera, como nadie en estos días puede ni siquiera soñar con hacer alguna cosa en materia espiritual y religiosa sin ella, y su acción es una marca de su poder eclesiástico y autoridad en asuntos religiosos.” Carta de H.F. Thomas, canciller del Cardenal Gibbons.

     Los miembros de la Iglesia Católica reconocen la autoridad del Papa y su iglesia como siendo más grande que la autoridad de Dios, y de esta manera se sienten perfectamente satisfechos al observar el mandato de Roma, al guardar como santo el primer día de la semana.
     Del mismo modo los miembros de las iglesias Protestantes generalmente, niegan la autoridad de la iglesia de Roma, y sin embargo continúan adorando en Domingo - un día del que sólo la Iglesia Católica declara por su autoridad santo.  ¡Por consiguiente, al guardar los Protestantes el Domingo, están ignorantemente rindiendo homenaje a la autoridad del Papa del Catolicismo - y no al Dios del cielo, y Roma claramente comprende esto!
     “Los Protestantes…aceptan el Domingo en lugar del Sábado como el día para la adoración pública, después que la Iglesia Católica hizo el cambio…al observar el Domingo, ellos están aceptando la autoridad del vocero de la iglesia, el Papa.” Our Sunday Visitor, Febrero 5 de 1950.

     “Es bueno recoradarles a los Presbiterianos, Bautistas, Metodistas y a todos los demás cristianos, que la Biblia no los apoya en ningún lugar en su observancia del Domingo.  El Domingo es una institución de la Iglesia Católica Romana, y aquellos que observan ese día están observando un mandamiento de la Iglesia Católica.” Sacerdote Brady en un discurso, reportado en el Elizabeth, N.J. “News” de Marzo 18 de 1903.

“Fue la Iglesia Católica la que…transfirió este reposo (Sábado como el descanso) al Domingo…Así que la observancia del Domingo por los Protestantes es un homenaje que ellos rinden, muy a su pesar, a la autoridad de la Iglesia.” Monseñor Louis Segur “Hablando claro acerca de los Protestantes de hoy”, pág. 213.

     La mayoría de los Protestantes están tratando honestamente de servir y adorar a Dios con lo mejor de su conocimiento y habilidad, aun cuando son confrontados con la verdad tocante a la adoración en Domingo como siendo sólo un mandamiento de Roma y no de Dios, muchos procuran justificar el cambio del Sábado al Domingo con razones bíblicas.  ¡Pero ni un solo texto indica claramente que Dios haya cambiado su Sábado al primer día de la semana!  ¿Cómo entonces, pueden ellos desafiarlo al exaltar el primer día de la semana sobre el Reposo del Señor, y aún reclamar estar sirviendo y adorando a Dios?
     Hay diversas razones que estimulan para la observancia del primer día de la semana, en lugar del Reposo de la Biblia, las cuales examinaremos aquí:

Primera razón:
     “La redención es más grande que la creación; por lo tanto, debemos guardar el día de la resurrección de Cristo en lugar del antiguo Reposo del Señor.”

     ¿Dónde ha dicho Dios esto?  Esto no está fundamentado en la Palabra de Dios.  ¿Qué derecho entonces, tiene algún hombre para hacer tal aseveración y basarse en esto para cambiar el Sábado por el Domingo?   Dios nunca requirió del hombre que guardara algún día como conmemoración de la redención.  Pero El sí  nos ordenó guardar como santo el Reposo del séptimo día, como una conmemoración de la creación, así reconoceríamos a Dios como nuestro Creador.
     No obstante, si fuera un deber observar un día de la semana por esta razón, ciertamente la gran mayoría presentaría la crucifixión con poderosa aclamación.  No es sabido que obtenemos la redención a través de la resurrección de Cristo, pero sí es sabido que obtenemos la redención a través del derramamiento de su sangre (vea Apocalipsis 5:9; Efesios 1:7; Colosenses 1:14; Hebreos 9:12,15).  El acto maravilloso de Jehová de dar a su Amado y Unigénito Hijo para morir por una raza de rebeldes fue un espectáculo del inigualable amor sobre el cual el universo podrá contemplar maravillado durante toda la eternidad.  ¡Quién puede maravillarse con que el sol fue cubierto con tinieblas y que toda la naturaleza  temblaba ante sus ojos!  El viernes, el día de la crucifixión, por lo tanto,  tendría que ser más exaltado que el día de la resurrección; pero Dios no ha exigido la observancia de ninguno de los dos.
     Si debiéramos conmemorar la redención, no habría necesidad de robarle al día de descanso del Señor su santidad a fin de hacer esto.  Porque Dios ha provisto para nosotros una conmemoración para este evento, (vea 1 de Corintios 11:23-26).

Segunda Razón:
     “Los discípulos se reunieron en el día de la resurrección de nuestro Señor para conmemorar aquel evento, y el Salvador sancionó esta reunión al unirse con ellos.”  (Vea Juan 20:19).

     Aunque esto fuera verdad, no puede probar que el Reposo del Señor haya sido cambiado.  Por varios días los discípulos no creyeron que su Señor había sido  resucitado de los muertos, pero estaban reunidos con el propósito de comer una comida común y apartarse a sí mismos de los Judíos (vea Marcos 16:12-14; Juan 20:19).  Así que los discípulos no estuvieron conmemorando la resurrección del Salvador,  y  es igualmente evidente que ellos no tenían la más pequeña idea de un cambio del Reposo.  Ellos guardaban el Reposo, de acuerdo al mandamiento, y reasumían su labor en el primer día de la semana (vea Lucas 23:55-56, 24:1).

Tercera Razón:
     “Después de ocho días, Jesús se reunió con sus discípulos otra vez  (vea Juan 20:26).  Esto debe haber sido el primer día de la semana, que es de tal modo provisto para ser el Reposo cristiano.”

     ¿Quién puede estar en lo cierto de que “después de ocho días”, significa justamente una semana?  Una construcción literal del lenguaje puede llevarlo a uno a concluir que esto ocurrió en el noveno día, es decir  “después de ocho días”.
     Pero aun cuando “después de ocho días” signifique sólo una semana literal, ¿cómo prueba esto que el Domingo ha venido a ser el “Reposo cristiano” cuando no hay una partícula de evidencia que asegure que Cristo o sus apóstoles descansaron alguna vez en aquel día?  No hay tal término como descanso cristiano establecido en la Biblia.  El único Reposo semanal nombrado en la Biblia es el llamado el Reposo del Señor - el séptimo día.
     No puede ser muy notable que Cristo pudiera encontrar a sus discípulos juntos, puesto que ellos tenían una residencia común (vea Hechos 1:13).

Cuarta Razón:
     “El Espíritu Santo descendió sobre los discípulos en el día de Pentecostés, que era el primer día de la semana.  Por lo tanto el primer día de la semana debe ser observado en lugar del Sábado del Señor (vea Hechos 2:1,2).”

     Admitiendo que el día de Pentecostés ocurrió en el primer día de la semana, está por ser demostrado que este día  por lo tanto, vino a ser el Reposo.  Era la fiesta de Pentecostés, que Dios había designado para honrarlo y no el primer día de la semana.
     El día de Pentecostés es definitivamente nombrado, pero el día de la semana en que este ocurrió es dejado en el silencio.  No era el propósito del cielo honrar el primer día de la semana, sino señalar el anti-tipo de la fiesta de Pentecostés.
     La muerte del Cordero pascual en el decimocuarto día del primer mes había encontrado su anti-tipo en la muerte del Cordero de Dios en aquel día (vea Exodo 12; Juan 19; 1 Corintios 5:7).  La ofrenda de los primeros frutos en el día decimosexto del primer mes había encontrado su anti-tipo en la resurrección de nuestro Señor en aquel día, los primeros frutos de aquellos que durmieron (vea Levíticos 23; 1 Corintios 15:20-23; Hechos 1:1,2).  Y el derramamiento del Espíritu Santo en el Pentecostés cumplió el tipo de la fiesta de Pentecostés.  Lo importante no fue el día en que estos eventos ocurrieron, sino que estas antiguas ceremonias simbólicas y servicios estaban encontrando su cumplimiento en el tipo.
     Dios no dijo nada  en este lugar respecto al día en que estos eventos ocurrieron, y de esta manera no existe prueba para un cambio en el tiempo del Reposo de Dios.  “No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso.” Proverbios 30:6.

Quinta Razón:
     “Pablo una vez partió el pan en el primer día de la semana.  Por lo tanto este día era observado como el Reposo cristiano (vea Hechos 20:7).”

     Hubo un periodo en que la iglesia Apostólica en Jerusalén partía el pan cada día (vea Hechos 2:42-46).  Si una única oportunidad de partir el pan en Troas en el primer día de la semana constituye el Reposo  ¿no puede la continua práctica de la iglesia Apostólica en Jerusalén de partir el pan en otros días, ser suficiente para hacer de estos días también un Reposo?
     ¿Por qué tratar de aceptar con avidez una única oportunidad en la cual  una reunión vespertina fue sostenida en Domingo, y entonces tratar vanamente de probar que el Reposo ha sido cambiado, mientras que no se hace caso del hecho de que este mismo apóstol Pablo predicó cada séptimo día de Reposo, no sólo a los judíos, sino también a los gentiles? (Vea Hechos 13:14, 42, 44; 16:13; 17:2; 18:4).

Sexta Razón:
     “Pablo ordenó a la Iglesia en Corinto recoger una ofrenda pública en el primer día de la semana; por lo tanto, este debe haber sido un día de adoración pública y es consecuentemente el Reposo cristiano (vea 1 Corintios 16:2).”  

     Pablo, desde luego, no dijo: “Coloquen sus limosnas en el tesoro de la iglesia en el primer día de la semana;” sino que dijo: “Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga  aparte algo.”
     El apóstol simplemente le dijo a cada uno de los hermanos Corintios que guardara en la casa alguna porción de sus ganancias semanales en el primer día o al comienzo de la semana  antes de que ellos tuvieran la oportunidad de gastarlo todo.  La siguiente advertencia de Pablo era que deberían colocar a Dios y su causa en primer lugar en sus asuntos financieros, en lugar de hacerlo al fin de la semana después de que todo su dinero se hubiese agotado.
     Toda la pregunta revoluciona sobre el significado de la expresión, "por el".  Dos versiones Latinas, la Vulgata y aquella del Castellano hacen la frase, "apud se," – "con uno mismo, en casa."  Una similar traducción es dada en otras numerosas traducciones.
     El texto, por lo tanto, no prueba que la iglesia de los Corintios estaba congregada para adoración pública en Domingo; sino que, al contrario, esto prueba que cada uno debía estar en su propia casa donde él pudiera examinar sus asuntos seculares y apartar por sí mismo en depósito, al comienzo de cada semana como Dios lo hubiera prosperado.  Si cada uno hacía esto, entonces cuando viniera el apóstol, su generosidad estaría lista y cada uno sería capaz de presentarle lo que hubiera recolectado.

Séptima Razón:
     “Juan estaba en el Espíritu en el día del Señor, con lo cual está declarando que es el primer día de la semana (vea Apocalipsis 1:10).”

     Pero nosotros respondemos: ¿Sobre qué base puede ser asumido que esto prueba el punto que está alegando probar?  Este texto, en realidad proporciona una prueba directa de que hay en la dispensación evangélica, un día que el Señor reclama como suyo, ¿pero existe un texto en la Biblia que testifique que el primer día de la semana es el día del Señor?  No existe uno sólo.
     Más aún, lo que existe es un claro registro de que Dios reclama un cierto día como suyo y reservado para El mismo como su Reposo.  “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:3).
     “Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día…por lo tanto queda un reposo para el pueblo de Dios”.  Hebreos 4:4, 9 (vea también Exodo 16:23, 20:10; Isaías 58:13; Marcos 2:28).
     Entonces el séptimo día es el día de descanso que Dios reservó para sí mismo dando al hombre los otros seis,  y a este día lo llamó El su santo día.  Este es el día que en el nuevo testamento el Hijo del Hombre declara ser Señor de Él.  Hay solamente un día que la Biblia designa como el día del Señor, y no es ningún otro sino sólo el Reposo del cuarto mandamiento - el Sábado.
     Cualquier cristiano que a sabiendas continúa adorando en el Domingo -el primer día; mientras que sabe que el reposo bíblico del Señor es el Sábado - el séptimo día, con eso demuestra que él sirve, adora y respeta la autoridad del Papa del Catolicismo y no la del Señor Dios de la Biblia.

     Cuando todos los razonamientos, las teorías y las excusas para guardar como santo el Domingo en lugar del Reposo de la Biblia son completamente examinados, encontramos los dos siguientes textos que evidentemente declaran qué debe hacer el pueblo de Dios en esta controversia:  
     “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.”  Hechos 5:29.

     “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo el hombre.  Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.”  Eclesiastés 12:13,14.

     Quiera Dios ayudarnos con la gracia, la fuerza y el valor para guardar sus mandamientos y mostrar nuestra lealtad solamente a su autoridad, sirviéndolo y adorándolo solo a El.  Quiera El ayudarnos a no dar nuestra fidelidad a la autoridad de ningún hombre o iglesia, ni servir ni adorar a ningún hombre o iglesia en lugar de Dios.